Está comprobado que un elevado número de los pacientes que experimentan dolor lumbar crónico, no presentan una causa específica. Es decir, que no se observan alteraciones estructurales en la columna que lo justifiquen.
No obstante, y pese a que los problemas de espalda suelen ser multifactoriales, un gran porcentaje de los casos de dolor lumbar presentan asociada una atrofia muscular. Hay diversos factores que pueden afectar a que se desarrolle, pero la mayoría están relacionados con un modo de vida sedentario, con lo que está en nuestra mano ponerle solución.
Los músculos de la zona lumbar de la espalda realizan unas funciones muy específicas. Se encargan, entre otras cosas, de mover la columna, así como estabilizar los segmentos móviles, compuestos por las vértebras y los discos que las articulan. Por eso es tan importante el fortalecimiento de los mismos.
Existen tres causas fundamentales por las cuales se puede producir la atrofia de los músculos lumbares:
Además de la atrofia muscular, existen otros motivos que pueden causar dolor.
Por ejemplo, problemas musculares que habitualmente son producidos debido a una mala higiene postural en el día a día, o bien por realizar acciones cotidianas como levantar peso, agacharse, etc.
Por otro lado, es importante saber que la parte lumbar de la columna vertebral consta de multitud de estructuras interrelacionadas entre sí, que pueden causar diferentes dolencias.
Es decir, que una articulación inestable puede hacer que el disco se degenere, y este a su vez ejercer presión sobre las raíces lumbares. Por tanto, para conocer cuál es la causa exacta del dolor, debe realizarse un estudio previo que determine de dónde procede y la gravedad.
Antes de iniciar cualquier tratamiento, es fundamental realizar una primera evaluación del paciente. En esta consulta, exploramos al paciente, evaluamos su historial clínico, sus pruebas diagnósticas y determinamos la indicación del tratamiento.
En el caso de que sus dolencias sean a nivel lumbar, realizamos una evaluación de la musculatura extensora lumbar.
Para ello, empleamos equipamiento específico que nos permite aislar la musculatura lumbar, fijando diferentes elementos en miembros inferiores y pelvis. De esta forma, logramos eliminar la influencia de los músculos extensores de cadera y evaluar, selectivamente, la función muscular de los extensores y estabilizadores lumbares.
Este sistema de fijación es muy importante, ya que sin él, no lograríamos evaluar y tampoco entrenar la musculatura estabilizadora lumbar. Estaríamos trabajando la musculatura extensora de cadera.
Una vez aislada la musculatura evaluamos la función muscular lumbar.
Para analizar los problemas de un/a paciente que viene con dolor lumbar, empleamos equipamiento específico que nos permite aislar dicha musculatura. Fijamos diferentes elementos en miembros inferiores y pelvis. De esta forma, logramos eliminar la influencia de los músculos extensores de cadera y evaluar, selectivamente, la función muscular de los extensores y estabilizadores lumbares.
Una vez realizada la evaluación y determinados los déficits del paciente, podemos establecer, de manera objetiva, los objetivos terapéuticos y un protocolo de tratamiento con fisioterapia adecuado a sus necesidades y capacidades.
En Medical Exercise apostamos por la Potenciación Muscular Selectiva (PMS®), un tipo de tratamiento en el que se trabaja precisamente sobre esos músculos debilitados de forma aislada.
Durante el tratamiento, ponemos a disposición del paciente todos nuestros equipamientos y la atención de nuestro equipo con el fin de cumplir los objetivos terapéuticos.
Al finalizar el tratamiento propuesto, volvemos a evaluar la función muscular y la sintomatología del paciente. De esta forma, podemos valorar de forma objetiva cómo está y determinar cómo seguir. Según la evolución del paciente puede ser que tenga que seguir en tratamiento o, si la función muscular es correcta y el paciente está bien, pasar a una fase de mantenimiento. El objetivo de esta fase es mantener la mejoría lograda y evitar recaídas.
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