El síndrome piriforme tiene tres posibles causas que pueden estar originadas por nuestro estilo de vida. Por suerte, existen muchos tratamientos diferentes para el síndrome piriforme, siendo el principal la fisioterapia.
¿Qué es el síndrome piriforme?
Se llama síndrome piriforme a un dolor muy desagradable en los glúteos y en la parte trasera de los muslos que ocurre de forma más o menos abrupta y repentina. En algunas ocasiones puede llegar a los gemelos pero el dolor se localiza sobre todo en los glúteos y en la parte trasera de los muslos.
Este dolor es mucho más común en mujeres a partir de los 20 o 25 años de edad y tiene causas muy variadas.
Este síndrome ocurre cuando el músculo piriforme, que se encuentra en los glúteos, presiona el nervio ciático. Por ello, muchos de los síntomas son semejantes a la ciática. O mejor dicho, el síndrome piriforme es un tipo de ciática localizada en glúteos y piernas.
Algunos de los síntomas del síndrome piriforme:
- Dolor breve, intenso y agudo en el glúteo.
- Dolor al sentarse, dificultad e incluso dificultad para hacerlo.
- También el dolor puede empeorar con una actividad física.
- Adormecimiento y hormigueo en los glúteos o un solo glúteo y parte trasera de esas misma pierna.
- El dolor puede llegar a otras partes de la mitad inferior del cuerpo y dejar a la persona incapacitada.
¿Qué provoca el síndrome piriforme?
El músculo piriforme o piramidal se encuentra en el glúteo y es un músculo que usamos constantemente para esfuerzos pequeños o de gran magnitud. Este músculo se encuentra muy próximo al nervio ciático, de hecho, discurre en paralelo a él y en ocasiones lo cruza, por lo que puede llegar a afectarle.
Usualmente, la principal causa del síndrome piriforme es el agarrotamiento del propio músculo o por un engrosamiento que se da en sus propias fibras. Esto provoca una fuerte presión que acaba atrapando el nervio ciático en la mayoría de los casos y es entonces cuando se produce ese dolor agudo. Usualmente se produce una irradiación hacia el resto de músculos de la zona, como la pierna.
A nivel músculo-esquelético estas son las principales causas del síndrome piriforme:
- Neuropatía por atrapamiento.
- Nervio comprimido a causa de la hipertrofia piramidal.
- Irritabilidad del músculo como consecuencia de un traumatismo.
- Cuando la parte tendinosa del músculo piriforme presiona el nervio ciático y este se contrae.
Todo ello puede ocurrir cuando:
Existe una sobrecarga
Hay muchas formas de sufrir una sobrecarga sobre el músculo piramidal o piriforme. Estas son algunas de ellas:
- Llevar una vida sedentaria o estar uno o varios días seguidos demasiado tiempo en una postura sedente o sin cambiar la postura.
- Correr de forma continuada en superficies duras como el cemento o también en el asfalto.
- Comenzar de forma muy brusca un ejercicio o un entrenamiento después de mucho tiempo de descanso. es decir, empezar a entrenar “en frío”.
- Correr con zapatillas de otra talla, mal adaptadas o inadecuadas para el ejercicio que se está haciendo.
- Aquellas personas que practican deporte de forma muy regular y además empiezan sus ejercicios sin estiramientos ni calentamiento.
- Cuando se produce un aumento de la intensidad del ejercicio o del tiempo de ejecución.
- Al correr sobre un terreno desigual.
- Cuando se corre con metatarso y dedos de los pies.
En estos casos el músculo piriforme puede sufrir una contractura y así comprimir el nervio ciático. También es posible que en algunas ocasiones se irrite y sufra espasmos dolorosos.
Por traumatismos
Si se sufre un impacto muy fuerte en la zona de los glúteos el músculo piramidal o piriforme puede salir muy mal parado y sufrir irritaciones o espasmos que compriman también el nervio ciático y haga que el dolor se irradie a otras zonas. Por ejemplo, esto puede ocurrir por una caída.
Biomecánica
La biomecánica es la relación entre distintas zonas del cuerpo que se encuentran conectadas. En este caso el músculo piriforme es crucial pues está relacionado con muchas zonas del cuerpo que garantizan nuestra movilidad.
Por ejemplo, afecta a la pierna, al pie, al sacro y a la cadera. También, un traumatismo en cualquiera de ellos podría acabar provocando una irritación o presión sobre el músculo piriforme. Por esto es importante tener en cuenta diversas zonas.
Tratamiento del síndrome piriforme
Por suerte, hay muchas formas de tratar el síndrome piriforme. estas son algunas de las más habituales:
Terapia de frío
En cuanto notes dolor en la zona de los glúteos o muslos, acuéstate en una posición cómoda, en este caso boca abajo, y pon una bolsa de hielo sobre la zona en la que sientas dolor o presión. Hazlo durante casi media hora o el tiempo que consideres necesario para bajar el dolor siempre y cuando no lo hayas aplicado directamente sobre la piel, ya que podrías quemarla.
Puedes hacerlo cada vez que sientas la molestia, o a modo de prevención, puedes hacerlo cada 4 o 6 horas. Puede ayudar hacer masajes sobre la zona dolorida.
Terapia de calor
La terapia de calor puede sustituir a la de frío o se pueden alternar ambas. El proceso es muy parecido. En este caso puedes usar una manta eléctrica o bien una bolsa de agua caliente, almohadillas de calor, toallas calientes…
Aplícalas durante 20 minutos o más y luego descansa. Al igual que en el caso anterior, se puede combinar con masajes.
Antiinflamatorios
Por supuesto, el síndrome piriforme siempre provoca algún tipo de inflamación que causa el dolor o que lo amplía. Por ello, tomar antiinflamatorios y/o analgésicos puede ser muy útil. El ibuprofeno o naproxeno pueden reducir la zona inflamada y así aliviar el dolor.
Inyección en el piriforme
En casos extremos donde el dolor es intenso o cuando el músculo se irrita con frecuencia, se puede acudir a inyecciones.
Estas tienen un anestésico y corticosteroide local que va directo al músculo y que reduce los espasmos y el dolor. En poco tiempo el dolor agudo e intenso desaparecerá, aunque seguirán las molestias. Para ello es necesario acudir a fisioterapia y seguir los consejos del especialista.
Inyección de bótox en el piriforme
Si las inyecciones anteriores no dan resultado y la persona sigue con un dolor agudo o con espasmos se puede acudir a inyecciones de bótox. La toxina botulínica debilita el músculo, hace que este se relaje y reduce la presión sobre el nervio ciático.
Otro dolor comun es el ardor de espalda para saber que es y su tratamiento puedes ver el siguiente artículo en nuestro blog o tambien conocer la diferencia entre una protusión discal y una hernia .